Tere y Paco, y esos locos bajitos que tanto juego nos dan…
Los niños siempre ambientan cualquier evento o celebración, son como pequeños imanes de alegría y vitalidad en cualquier evento o celebración. Desde el punto de vista de un fotógrafo, capturar la esencia de la niñez durante estos momentos especiales es una tarea gratificante y llena de desafíos. Su presencia agrega una dimensión única, inyectando un espíritu juguetón y despreocupado que eleva el ambiente a otro nivel.
La fotografía infantil no solo se trata de congelar momentos, sino de capturar la autenticidad y la inocencia que los niños aportan al escenario. Su energía positiva se traduce en expresiones genuinas, risas contagiosas y gestos espontáneos que pueden iluminar cualquier cuadro. Como fotógrafo, el reto radica en anticipar estos momentos fugaces y estar listo para inmortalizarlos con la cámara en el momento preciso.